Mi deseo era volver a mojar mis pies en la ría. Lo fue también el perderme entre los viňedos y sentir el aire dulce de Moravia. También Tú eras mi deseo...
Ves... Los deseos se cumplen...
Triste, abandonada.
Se está cayendo encima de mi alma.
Me pide deudas.
Yo no le debo nada.
Entonces insiste
y me aprieta el hombro.
En su abarazo doloroso
intento respirar hondo.
Intento escapar,
girar mi mirada
mientras ella me está
clavando uñas en la espalda.
Y me doy cuenta –
?si ya no pide nada?
Está tan sola, abandonada…
Abro mis brazos
y ella – desconfiada –
tarda en comprender.
Luego no duda nada.
Va y me abraza
y llora en mi pecho.
Más tarde pregunta:
„Tú, por qué lo has hecho?“
Y yo le respondo:
„Mi tarde querida,
Contigo pienso yo
Curar mi herida.“
Esperé. Esperé mucho.
Soñé contigo mil veces.
Soñé que volvía a tenerte
A mi lado
Aunque todavía
No te he tenido de verdad.
Nunca ha sido cierto.
Nunca ha sido nuestro,
Lo tuyo y lo mío.
Se quedaba detrás de ese muro
Que yo no podía derribar.
Detrás del muro
Y tu me dices
Que hay que olvidar?
¡Mentira!
Soledad...
Preguntas
Entran en mi cuarto
Y son las únicas
Amigas que hablan conmigo.
Miles de preguntas
El muro sigue aquí.
Los besos, tus palabras
Se quedan en su sombra.
Esperé. Soñé que quitabas
El maldito muro del medio.
Y sigo soñando con eso.
La lejanía me impide
Levantar la voz, los brazos
Abrazarte y ,
Ladrillo por ladrillo,
Ir derribando ese muro.
No quiero volver a tener miedo.
Quiero volver a soñar
Que vuelvo a tenerte.
Y aunque sea mentira
Soñar que un día desaparecerá
La sombra de ese muro.
Por ahora sigo esperando.
El mar, la hermosa ría
Sigue siendo mía
Sigue cantando
Cuando se hace de día
Y siguen bailando
Las nubes doradas
Sí, siguen bailando
En su agua fría
Te busco en las praderas
Y en los vasos en mi casa
Vigo
Espero ansiosa que aparezcas...
Te busco! Deseo!
Deseo estar contigo,
Dentro de tí,
Ay, Vigo.
Te busco y no encuentro.
Por eso lloro.
Lloro
Y grito
Vigo! Vigo!
Sólo estar contigo,
Dentro de tí,
Sentirte y respirar tu aire
Vivir tu vida
Verte conmigo,
Ay, Vigo! Vigo...
Tan sólo puedo soňar contigo.
Por la maňana la calle estaba llena de vida. Ahora está abandonada. Iluminada por la luna. Y yo intentando robar un cachito de la luna para no estar sola. Por la maňana estabas todavía aquí. Y ahora tengo que luchar otra vez con la lejanía aunque no sé como.
Estoy pensando porque ha pasado todo esto. Ya hace un par de meses. No voy a fingir que no me acuerdo. Se empezó en los últimos días del marzo del aňo pasado. Pues ya son unos diez meses que llevamos así – no voy a decir juntos porque nunca lo hemos estado. Aunque esta vez te sentí más cerca que nunca. Era como aquel día – también llevabas una camiseta blanca, tus ojos brillaban y me abrazabas con tanto cariňo como si te hubieses dado cuenta de que pasaba algo especial.
Después de mucho tiempo sentí que me querías de verdad - aunque esté despeinada, sin maquillaje y de mal humor por el cansancio. Después de mucho tiempo no me negué a sentirlo también. No me arrepentiré de eso...
Pero ahora estoy otra vez aquí rogándole a la noche que no me haga sentir sola. Esta vez igual mostrará un poco de compasión. Pero maňana... La soledad no importa. Lo que importa es... ya sabes.
Bienvenido a mi blog. Puede que las cosas que aparecen aquí no sean de lo más importante del mundo. Pero para mí sí tienen mucha importancia. El blog se llama "La vida cerca de la ría". Ahora mi vida se vive lejos de la ría maravillosa, demasiado lejos. Pero todos los días al atardecer me acuerdo de ella y de lo bien que se estaba allí y me imagino como sería poder ver otra vez la puesta del sol sobre la ría...