miércoles, 2 de julio de 2008

El último día

Hoy es mi último día en mi piso. Me he servido una copa de vino tinto, he puesto mi música favorita y pienso disfrutar de la última media horita que me queda aquí. Es muy raro. Las paredes blancas, la estantería vacía. La mesa sin libros y apuntes...

He vivido aquí justo diez meses. Y durante esos diez meses he vivido muchas cosas buenas y tambien las malas. Pero siempre estaba aquí mi habitación con mis flores y velas y mis dibujos en la pared. Y ahora está vacía... Ya no es ese refugio al que escapaba para esconderme, para descansar, para pensar o estudiar. Para que no me de la impresión que esto se acaba, he dejado la decoración en la ventana - un mantel amarillo, tres velas y los floreros envueltos en tela de color naranja. Así he conservado un poquito su toque acogedor. Así no se me ocurrirá, cuando me marche, que me voy de aquí para siempre. Así no voy a pensar en la nueva vida que me espera dentro de unos meses, en otra ciudad, en otra habitación...

Ya es hora de despedirse. Entonces: Adiós! No sólo le doy adiós a esta habitación sino también a esta ciudad en la que pasé siete aňos de mi vida... a la que echaré mucho de menos. Adiós! He acabado la copa de vino y me marcho para empezar algo nuevo lejos de aquí. Pero en vez de adiós más vale decir "Gracias!" y Hasta luego!!! Porque, aunque ya nada volverá a ser como ahora, volveré para verlo y hacer revivir los recuerdos tan bonitos.
Entonces, hasta luego...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si el cambio que vas a dar en tu vida es para mejorar siempre estará bien ¿no?. Guarda todos los recuerdos envueltos en papel de seda porque ya forman parte de tu vida para siempre.
Te vas de tu piso y de la ciudad pero ¿no te irás también de esta comunicación que, aunque espaciada, hay entre nosotros? No me gustaría perderte la pista.
Un bico desde Vigo y mucha suerte.
Javi
P.D. te debo unas fotos :o)

JR dijo...

Vuelve ardiendo el verano
en estas brasas de infancias,
arden las estrellas en su cielo de carbón,
arden los montes,
la sed del fuego.

Arden nuestros cuerpos acostados
en las arenas de las playas,
arde el centro de nuestro mundo,
ardiendo nuestros ojos,
buscando consumirse en el oleaje.

feliz verano!