miércoles, 29 de octubre de 2008

Amiga

He vuelto, amiga. He vuelto a sentarme en tu orilla. He vuelto para hablar contigo. Aunque no eres tú me respondes y te oigo cantar. En tí ahogo mis tristezas. Baňo mi mente en tu sangre - tu sangre roja, chispeante - tu sangre que pierdes en otoňo sólo para darnos esperanza.

He vuelto amiga. He vuelto para sentarme en tu orilla. He vuelto para hablar contigo.



lunes, 20 de octubre de 2008

Cuando sonríes

'No he querido defraudarte, ni entristecerte, ni ofenderte. Jamás deseé otra cosa que el bien para tí, amor. Terrible amor que me paraliza. Tu sonrisa es todo para mí. Tu regaňo es la nada. Ante tí estoy solo y tu compaňía es lo único que tengo. Allá en el otro extremo de la casa... Echame de menos un momento y ven. Ven amor, ven, no me dejes en este cuarto. Cuándo? Cuándo! Ven, sólo tú, ven, ven..., porque no puedo vivir sin tu cercanía. Nadie se merece el sufrimiento. Y menos el mar de sufrimiento: una porción de luna argenta, diabólica. Cuando sean las doce de todos los relojes y llegue la enhoramala sólo quedarán tres cosas que hacer: dormir, dormir, dormir.

Esta soledad terrible, delante del papel, con una historia larguísim detrás y un futuro delante, de un segundo, de un minuto, de una hora, de un día..., cuántos aňos aún? (...)
Dónde estará ese punto en el que se encuentra el amor, todo lo mio, todo lo que me rodea y me hace vivir y me quiere matar? Dónde se encuentre? Existe, sí, seguro; es la luz del día, es la oscuridad de la noche, es la fuente que no cesa de manar, es mi corazón entristecido por no coger con las manos el pan y la fruta y la leche de tu cuerpo. Es la esperanza. Entre estas líneas, etre los espacios en blanco, está la verdad que nadie puede expresar.

Tu alegría, cuando sonríes, quiero sujetarla para mí, para siempre; meterla dentro de una carterita... Qué pasará esta tarde? Y maňana? Y pasado?'


Jorge Cela Trulock: Cuando sonríes

sábado, 18 de octubre de 2008

Otoňo



Me susura al oído: Sal! Sal!

Todo está amarillo y rojo, tan alegre en los rayos de sol que por desgracia ya no me dan calor. Todo está a por volar y luego caerse en el suelo - igual que las hojas de los árboles, igual que mis sueňos.

viernes, 17 de octubre de 2008

Hace un mes...

Estoy aquí haciendo traducciones aburridísimas, intentando entender cosas que quizás nunca entenderé, pero no puedo concentrarme. Hoy es el 17 de octubre. Qué estaba haciendo hace un mes?

Hace un mes estaba en Girona. A estas horas estaba sentada en la barra de un local en la Rambla. Estuve ahí observando a los seňores mayores, algunos tomando café, otros caňas y todos leyendo periódicos. Yo también tenía un periódico delante para no estar sentada ahí sin nada. Para entretenerme un poquito. Habría sido muy fácil hablar con el camarero - un chico joven con el pelo negro y muy rizado. O con el dueňo del local que pasaba por ahí y se le veía con ganas de hablar con todo el mundo. Pero a mí no me apetecía hablar con nadie. Me tomaba la cerveza, leía el periódico y observaba a un seňor que empujaba sus gafas más cerca de la frente. La barra estaba llena de pinchos así que no pude no recordar el viaje al País Vasco que habíamos hecho la semana anterior. Pero esta vez estaba sola en la barra en una ciudad desconocida, lejos de Galicia, de Vigo, de tí.

Hace un mes, justo a estas horas, salí del local para tomar un poco de aire. Estaba libre, podía descubrir las calles de Girona, podía quedarme parada una hora en el mismo lugar sin que a nadie le importara. Era la libertad que uno siente cuando está viajando. Pero por dentro me sentía atada... Atada por la soledad, lejanía y aňoranza.

Hace un mes tenía miedo de lo que iba a llegar... Lo que ya no me da miedo, pero sigo sintiéndome atada...