martes, 4 de diciembre de 2007

Polonia

Polonia. En un momento se convirtió en algo más que sólo 'ese país al lado'. Se convirtió en una realidad de vez en cuando extraňa y surrealista. El primer día fue lo más bonito. Estaba agotada después del viaje pero el reencuentro con mi querida Asia me animó muchisimo. Y después Janusz. Sólo faltaba Ania para que me siente completamente feliz - por lo menos esa noche.
He cogido mucho cariňo a la familia de Asia. Todos eran muy majos. Me trataban bien aunque a veces no me entendían perfecta ni claramente. Lo importante era que nos caimos bien mutualmente o, por lo menos, tenía esa impresión. Con lo buenos que son los padres de Asia y, por supuesto, ella misma me puse a pensar muchas veces en que también yo debería ayudar a los demás - sean personas o sean animales.

El sábado nos encontramos con Basia y Mirella. Antes no me había fijado que las echaba de menos. Pero la verdad es que sí. El comportamiento de Basia, lo natural que es y su ingenuidad... El humor de Mirella y su forma de ser... Hay que admitir que eso también se echa de menos.
Luego fui a Krakow. Una ciudad encantadora con un ambiente artístico. Pensaba que en Krakow pudiera encontrar algo nuevo. Algo que se grabara en la mente y que me permitiera respirar libremente. Pero no lo encontré. O todavía no me he dado cuenta.

Pero es cierto que he perdido algo en Krakow... Dios, a dónde se había metido ese algo que había entre nosotros? Estaba allí, se podía sentir que algo todavía queda. Pero como si se escondiera. Era incapturable. Quizás con un poco más de tiempo sería capaz de renacer. Pero así de repente, después de tanto tiempo de silencio, me resultaba demasiado difícil comportarme igual que antes.
Y después como si fueramos construyendo barreras. Cuando conseguimos derribarlas aparecieron nuevas. De repente me parecías tan lejano, mucho más que en esos días cuando de verdad estabas muy lejos. Y es verdad que yo no intentaba acercarme. Temía de acercarme. Temía de que de repente aparecieran todos los fantasmas que me perseguían en Galicia e incluso después de que me marché de ahí. Tenía miedo de que volvieran las pesadillas y que de nuevo no pudiera dormir tranquilamente por estar contigo.
No obstante, cuando subí en el tren y te vi allí fuera contemplándome, me entraron ganas de salir fuera y abrazarte. Pero no lo hice...
Polonia me ha dejado impresionada. No lo digo por el país, ya que he visto sólo una pequeňa parte. Lo digo por la gente, el ambiente... La cultura tan parecida a la de mi país. A veces parecía que la única diferencia es el idioma un poco distinto.
Estoy muy contenta por haber reforzado mis amistades. Por haber demostrado que la gente me importa de verdad. Antes de irme a Galicia no era capaz de hacerlo muy bien. Y estoy muy contenta que he cambiado y que soy capaz de decirles a mis amigos cuánto les quiero...