miércoles, 24 de octubre de 2007

La primera nevada

Qué es lo que tienen en común todos los niňos? Les gusta la nieve. Entonces puedo decir que todavía soy una niňa. Sólo, con el tiempo, me gusta cada vez más contemplarla de la ventana de la cocina donde hace calorcito y huelen bien los dulces preparados para las fiestas navideňas. Ya no me atraen tanto las batallas de nieve aunque a veces asisto en algunas y, para que sea sincera, pasa que me obligan participar en ellas.

Hace unos dias vivimos la primera nevada de este aňo. Estaba nevando un poco toda la tarde. Pero por la noche cuando volvíamos a casa empezó a nevar tanto que era casi imposible caminar. No se veía nada. Mi abrigo se puso totalmente blanco y me moría porque andaba en los tenis rotos. Pero la cara de Urko me compensó el disgusto que sentía por el frío y el dolor de mis pies helados. Parecía un esquimal con la capucha puesta, con unas mechas de su pelo negrísimo en la cara y con sus ojos llenos de alegría. Sonriendo contemplaba miles de ampos como se caían al suelo. Disfrutaba con todo su ser su primera nevada aquí (en la Europa central).

Desde ahora la nieve no me va a traer sólo la atmósfera navideňa, sino que también con cada nevada me acordaré de Urko y me pondré contenta, porque sé que en esos momentos, que pasamos en ese nuevo mundo -en el mundo blanco, inocente, estaba feliz.

No hay comentarios: