jueves, 6 de septiembre de 2007

Mis anillos

Estamos de noche otra vez... Estoy en mi nueva habitación. Sola. En el skype no aparece nadie con quien pueda hablar. No me apetece estudiar. Estoy aqui sentada con el ordenador, las manos en el teclado preparadas para escribir otro artículo sin importancia. De que iba a escribir. No lo sé. Se me ha olvidado. Incluso dudo que supiera de que iba a escribir. Es que me puse nerviosa un poco. He adelgazado un poquito y mis anillos se me caen de los dedos. No están en su sitio. Se mueven y cada vez cuando chocan hacen un pequeňo ruidito - clic, clac, clic, clac.

Tengo cuatro anillos. Yo misma no me compré ninguno. Todos son regalados. Mi primer anillo me lo regalaron mis amigos. Era mi mejor amigo y su novia - una pareja que en el último aňo cambió muchísimo. Hoy en día no estamos en contacto. Nuestra última reunión era un fracaso. A dónde se ha ido la dulce infancia cuando pasabamos las noches en el coche hablando, bebiendo y experimentando de broma los tres? Ahora cada uno vivimos en otro mundo. Ellos han entrado en el mundo de los trabajadores. Dinero, eso es lo que les preocupa. Dinero, dinero y dinero. Yo sigo en el mundo de los estudiantes...
Mi segundo anillo me lo regaló mi madre. Es muy sencillo. Tiene dos curvas y la de abajo lleva un punto azul. Mi mamá me lo regaló cuando cumplí veinte aňos. Estaba a punto de marcharme a Espaňa. Supongo que ella quería que lleve algo de mi familia siempre conmigo. Y lo hago. Además ese anillo es como un símbolo. Las curvas son como mi vida - los viajes, los cambios, la inquietud. Pero el cachito azul como si fuese el puerto tranquilo donde siempre la encuentro a mi madre y a toda mi familia.
El otro anillo me lo regaló Marek. Mi gran amor del primer curso de la universidad. Mi primera pareja. Hemos pasado tan buenos momentos juntos. Desgraciadamente no era precisamente lo que yo buscaba. A Marek no debería haberle encontrado ahora sino mucho más tarde cuando tenga la edad para fundar una familia. Para eso sería un hombre apropiado. Pero con mis veinte aňos, con tantas ganas de conocer nuevas cosas y con ese diablito que se esconde dentro de mí era imposible mantener la relación con Marek. Al final ya estaba harta de él y la única razón por qué no me separé de él antes era la que no quería hacerle daňo. Ese chico me regaló un anillo precioso. Conocía perfectamente mi estilo. En general me conocía muy bien. Aunque nos separamos sigo llevando ese anillo. Marek formaba una parte muy importante de mi vida, entonces por qué no debería serlo también el anillo?
El último anillo que me han regalado tiene mucha importancia para mí. No es muy de mi estilo, es más oscuro que los demás anillos y cuenta una historia agridulce sobre los últimos cinco meses de mi vida. Estos también han sido de vez en cuando un poco oscuros pero también tienen mucha importancia. He aprendido que no siempre es el cerebro lo que decide. Muchas veces es el corazón lo que te obliga seguir... Aunque sabes que al final te quedarás sola con el anillo. Este anillo me lo regaló Urko. Buscaba algo especial para mi cumple. Resultó que aún no me conoce tan bien pero que me quiere y quiere que me acuerde de él siempre. Al final el anillo me gusta mucho y cuando me lo quito, mi mano me parece vacía y yo me siento incompleta.

Esto ha sido la historia de mis anillos. A ver si en el futuro llevaré alguno más...

No hay comentarios: